viernes, 5 de septiembre de 2008

Una Noche Toledana

Fran Escobar ha dejado un comentario en el que nos explica el origen de la expresión "Pasar una noche toledana", la cual da título a este blog.

Como lo encuentro sumamente interesante, lo pongo como una entrada en el Blog para que todos podáis leerlo.

Pasar una "Noche Toledana"
por Fran Escobar

La expresión "he pasado una noche toledana" se refiere a que se ha pasado una mala noche, horrible. Da a entender que se ha dormido muy mal, apenas o nada se ha descansado por culpa de un problema de salud propio o del prójimo. Porque también ha sido fruto de una juerga nocturna, pelea, etc.

En realidad en la primera noche toledana por así llamarla, celebrada en la misma ciudad que da nombre a esta terrible jornada no sobrevivió casi nadie de los que asistieron a dicho evento. Me explicaré según lo cuenta Pablo Gamarro en su libro Aguafuertes Toledanos con prólogo del célebre doctor Gregorio Marañón.

Cuenta Gamarro que durante el segundo siglo de la dominación musulmana, año 190 de la Hégira correspondiente al 803 de Jesucristo, gobernaba en aquel Toledo sarraceno - llamado por los árabes Tolaitola- Jusuf-ben-Amru, jóven déspota y cruel que oprimía al pueblo y a los nobles. Tal fue su mala fama que sus noticias llegaron a oidos del Califa Alhakem. La nobleza harta del depotismo del joven reyezuelo toledano junto con el pueblo se rebelaron contra su tiranía y lo encerraron en la Alcazaba. Al poco tiempo después el pueblo desbordado y sin encontrar apenas resistencia, entró en la prisión y mató a Jusuf.

No fue peor el remedio que la enfermedad, pues por mandato del Califa fue nombrado sucesor de Jusuf, su propio padre. El pueblo al principio se sentía temerosa y la nobleza aterrorizada de las posibles represalias y venganzas que pudiera tomar el nuevo Wazir.

Sin embargo ocurrió que el padre de Jusuf, empezó su gobierno de manera justa, tomando medidas populares y sociales con los mas necesitados, formando un equipo de asesores nobles, se ganó la simpatía del pueblo y de la aristocrácia.

Pero no todo iban a ser rosas, resultó que el wazir tramaba algo para vengar a su hijo degollado salvajemente. Así que aprovechando la visita de Abderramán, hijo del califa, que con 5000 jinetes se dirigía a Zaragoza, planeó un gran banquete para homenajear a tan alto dignatario. Dicha celebración se hizo en el palacio del Gobernador con todo tipo de lujos invitando a toda la nobleza toledana.

Jusuf padre no deparó en gastos, alumbró las calles de la ciudad con teas embreadas, que portaban los servidores para alumbrar a sus señores que ataviados con sus mejores galas, caminaban hacia el palacio del gobernador. Allí eran recibidos por la guardia mora con toda clase de ceremonias y zalemas, para luego ser introducidos al interior. Seguidamente eran degollados de manera casi instantánea y sus cuerpos arrastrados a un subterráneo. De esta manera Jusuf hijo fue vengado.

A la mañana siguiente, un espectáculo terrorífico se ofrecía a los toledanos: pendientes de las almenas del palacio del wazir, y enganchadas sobre gárfios de hierro, veíanse 400 cabezas pálidas, de ojos vidriados y labios contraidos en un gesto de dolor...

De ahí que pasar una noche toledana no es precisamente dormir tranquilamente.

No hay comentarios: